lunes, 28 de junio de 2010

MERCEDES SOSA//VIDA




Mercedes Sosa

Haydée Mercedes Sosa nació en San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1935, en un hogar humilde. De esos años viene su apego por las expresiones artísticas populares. Recién salida de la adolescencia, le gustaba el baile y el canto, y enseñaba danzas folklóricas.
En octubre de 1950, quinceañera, empujada por el entusiasmo de un grupo de amigas inseparables, se animó a participar en un certamen radial organizado por LV12 de Tucumán. Oculta tras el seudónimo de Gladys Osorio, su incipiente calidad como cantante la hizo triunfar en un concurso cuyo premio era un contrato por dos meses de actuación en la emisora.
Una década después, cuando se produjo una suerte de estallido en torno de la música folklórica, meramente consumista, el nombre de Mercedes Sosa ya estaba comprometido con el canto popular como integrante del Movimiento del Nuevo Cancionero, una corriente renovadora del folklore, surgida en la provincia de Mendoza, que proponía dejar de lado las modas pasajeras, para poner el acento en la vida cotidiana del hombre argentino, con sus alegrías y tristezas.
Sus aptitudes artísticas y personales sorprendían a un público acostumbrado a otra cosa. Junto con su marido Manuel Oscar Matus, hicieron conciertos en la Universidad. Otros escenarios los empiezan a recibir alentadoramente. Matus editó en un sello independiente el primer disco de Mercedes Sosa: Canciones con fundamento.
Por esa opción, la cantante tuvo que trajinar varios años antes de conseguir un reconocimiento como el que obtuvo en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín, en 1965, cuando gracias a la generosidad del cantor Jorge Cafrune, el país entero pudo conocer a esta maravillosa cantante argentina y fue la ocasión que marcó el nacimiento de la gran artista popular que siempre mereció ser.
También en 1965 intervino en la grabación de Romance de la muerte de Juan Lavalle, de Ernesto Sábato y Eduardo Falú, cantando Palomita del valle.
En marzo de 1966, se conoció Yo no canto por cantar, con una docena de canciones hoy antológicas, entre las que estaban Canción del derrumbe indio, Canción para mi América,Chayita del vidalero, Los inundados, Zamba para no morir, Tonada de Manuel Rodríguez y Zamba al zafrero.
Tal fue la aceptación de este disco, que apenas siete meses después, en octubre, fue invitada a grabar otro que apareció con el título de Hermano.
A fines de 1967, La Negra hizo conocer Para cantarle a mi gente, un disco que acumuló un importante caudal de poesía argentina y latinoamericana.
En abril de ese mismo año, había subyugado al público europeo y de los Estados Unidos con exitosas actuaciones en Miami, Lisboa, Porto, Roma, Varsovia,entre otras. Durante esa gira conoció a Ariel Ramírez quien le propuso, de inmediato, ser la voz de Mujeres Argentinas, trabajo que recién se concretaría en 1969, luego de la aparición de Zamba para no morir, una recopilación con los temas de mayor trascendencia grabados hasta ese momento, y Con sabor a Mercedes Sosa, en el que registró por primera vez Al jardín de la República.
Cuando le propusieron grabar Mujeres Argentinas, el país estaba viviendo bajo el peso de un régimen militar y Mercedes, como muchos argentinos, sufrieron las consecuencias: sus canciones no se podían difundir por Radio Nacional, una emisora gubernamental.
En 1970 participó en el filme El Santo de la Espada, de Leopoldo Torre Nilsson y dio a conocer dos discos importantes en su carrera: El grito de la tierra y Navidad con Mercedes Sosa. En este período grabó, entre otras, Canción con todos y Cuando tenga la tierra, de Ariel Petrocelli y Daniel Toro y la bellísima La Navidad de Juanito Laguna, del "Cuchi" Leguizamón y Manuel J. Castilla.
En 1971 se conoció La voz de Mercedes Sosa y apareció Homenaje a Violeta Parra, un disco que reúne casi una docena de temas de la gran protagonista del Canto Popular Chileno. Ese año también participó en Güemes (La tierra en armas), filme dirigido por Leopoldo Torre Nilsson. En un breve, pero significativo papel, encarnó a la heroína altoperuana Juana Azurduy.
En 1972 se editó Hasta la victoria, un disco lleno de canciones cargadas de contenido social y político. Eran tiempos en que algunos pocos compositores y también cantores como Mercedes Sosa, no permanecían ajenos al compromiso y la militancia con la que querían colaborar para conseguir un mundo más justo y equitativo.
También en ese año le puso su voz a la Cantata Sudamericana, con música de Ariel Ramírez y letra de Félix Luna.

En agosto de 1976, un año crucial para la argentina, se editó Mercedes Sosa, trabajo en el que rescató poetas argentinos y latinoamericanos como los chilenos Víctor Jara y Pablo Neruda, la peruana Alicia Maguiña y el cubano Ignacio Villa, "Bola de Nieve".
Al año siguiente, en 1977, La Negra le rindió un homenaje a uno de los grandes compositores y cantores populares argentinos con Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui. El clima político que vivía el país cada vez se sentía más opresivo.
En 1979, se editó Serenata para la tierra de uno. Aún en medio de la violencia que sacudía al país, Mercedes seguía cantándole a la vida. El hostigamiento y el cerco que se fue formando en torno de ella la obligaron a exiliarse.
Ese año fue detenida en la ciudad de La Plata junto con todo el público que había ido a verla cantar. Ese mismo año se instaló en París y en 1980 se afincó en Madrid.
En teoría, Mercedes Sosa podía entrar y salir del país, no tenía causa judicial alguna, pero no podía cantar. Fue un castigo doble: para ella y para todos los argentinos. En un país en que la vida humana no tenía valor alguno, y cientos de ellas se perdían en la oscuridad de las mazmorras, los usurpadores del poder pensaban que la canción con contenido era peligrosa. Por eso había que acallar a los cantores, como una manera de silenciar a la gente.
La Negra recién pudo regresar a un escenario argentino el 18 de febrero de 1982, un par de meses antes que la dictadura se embarcara en la Guerra de Malvinas. El régimen militar que desde poco más de un lustro atrás sometía al país, había comenzado a agonizar. En el Teatro Ópera de Buenos Aires realizó más de una docena de conciertos.
De esos trece recitales en el Teatro Opera quedó el L.P. doble Mercedes Sosa en Argentina, en el que también intervinieron sus compañeros de aquellas noches: León Gieco, Charly García, Antonio Tarragó Ros, Rodolfo Mederos y Ariel Ramírez.
Al cabo del ciclo en el Teatro Ópera, Mercedes regresó a España, donde radicaba, volvió a mediados de año a América para presentar su disco Gente humilde y para realizar una serie de conciertos en las principales ciudades del Brasil. Poco tiempo después regresó definitivamente a la Argentina. Ese mismo año hizo conocer Como un pájaro libre, un hermoso disco que incluyó temas de autores tradicionales y otros más jóvenes.
En el último trimestre de 1983, se conoció Mercedes Sosa, un disco en el que registró varias canciones que serían algunos de sus grandes éxitos: Un son para Portinari y Maria Maria. También en esa recordada placa grabó: Inconciente colectivo, de Charly García, La maza y Unicornio, de Silvio Rodríguez, Corazón maldito, de Violeta Parra y Me voy pa'l mollar, junto con la recordada cantante Margarita Palacios.
En 1984 se vivía la euforia del regreso a la democracia, luego de una dictadura y una guerra. Mercedes regresó al disco con ¿Será posible el sur?, en el que se entremezclan las canciones esperanzadas, los ritmos folklóricos y el canto latinoamericano. El 21 de diciembre, junto con Milton Nascimento y León Gieco, protagonizó el espectáculo denominado Corazón americano, que convocó a una multitud pocas veces congregada.
Fue 1985 un año doblemente importante. Desde el punto de vista discográfico, Mercedes dio una vez más un espaldarazo a los compositores argentinos con Vengo a ofrecer mi corazón, en el que registra canciones trascendentales como la de Fito Páez que le da título al trabajo, pero también Razón de vivir y Madre de madres, de Víctor Heredia, Entre a mi pago sin golpear, de Carlos Carabajal y Pablo Raúl Trullenque, Canción para Carito, de Antonio Tarragó Ros y León Gieco.
Se conoce Corazón Americano, grabado en vivo el año anterior durante la actuación realizada junto con Milton Nascimento y León Gieco.
Aparece Mercedes Sosa ?87 en el que incluyó una decena de canciones y contó con la participación de Pablo Milanés, Teresa Parodi, Víctor Heredia y Fito Páez. Ese mismo año, durante dos meses y medio realizó una gira por Suiza, Alemania Federal, Noruega, Suecia, Holanda, Estados Unidos, Puerto Rico, República Dominicana y México.
En 1988 intervino en el ciclo Los grandes en vivo. Se publicó Amigos míos, un disco compilado de Mercedes Sosa cantando con Milton Nascimento, Pablo Milanés, Teresa Parodi, Charly García, Fito Páez y Raimundo Fagner, entre otros.
A fines de julio de 1989, La Negra recibió de manos de Pierre Décamps, Embajador de Francia en la Argentina la medalla de la Orden del Comendador de las Artes y las Letras, otorgado por el Ministerio de la Cultura de la República Francesa.
En 1990 apareció un disco titulado Mercedes Sosa en vivo en Europa, participó en el filme Verano del potro, interpretando el tema Siempre en ti. Actuó en Australia, Grecia, Holanda, Alemania, Luxemburgo, Suiza, Francia y Brasil y además protagonizó inolvidables noches en el Luna Park con actores y un numeroso grupo de cantantes invitados.
En diciembre, cerró el año con dos actuaciones a sala repleta en el Gran Rex, dentro del ciclo "Creativa 90", también acompañada por muchos músicos invitados. Con el registro de esas noches, se editó De mí, aparecido en noviembre del año siguiente.
El 20 de diciembre de 1991, luego de casi diez años de no cantar en un estadio abierto, Mercedes se reencontró con la multitud en Ferro Carril Oeste. La acompañaron Fito Páez, Julia Zenko, Nito Mestre, Piero, Celeste Carballo, los Illya Kuryaki, León Gieco, Charly García, Víctor Heredia, Mariano Mores, Facundo Ramírez, Horacio Molina, Coqui y Claudio Sosa y Hamlet Lima Quintana. 15.000 personas deliraron durante poco más de dos horas y media de show.
El 1 de abril de 1992 en el Salón Dorado del Honorable Consejo Deliberante fue declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Fue un año muy importante para Mercedes, marcado por su viaje a Chile, donde cantó en la Quinta Vergara, de Viña del Mar y en el Estadio Chile, de Santiago.
A comienzos de 1993, atravesó nuevamente los Andes para intervenir en el Festival Internacional de Viña del Mar, donde, como tantas veces lo hiciera, fue anfitriona de un grupo de importantes cantantes argentinos, entre ellos Julia Zenko, Víctor Heredia y Teresa Parodi.
También editó Sino, una placa en la que compartió la producción artística con Fito Páez y participó en la banda sonora del filme Convivencia, cantando un tema con Pablo Milanés y otro con el ya desaparecido Roberto Goyeneche. En noviembre de ese año se publicó una compilación, titulada Mercedes Sosa, 30 años, que reunió una veintena de temas grabados en diversas épocas por La Negra.
En noviembre de 1994, apareció Gestos de amor, uno de sus últimos trabajos discográficos, tan bien recibido por el público, que rápidamente le valió ser distinguida con el Disco de Platino.
En enero de 1995, luego de participar en el Festival Internacional de Mar del Plata intervino en el Americanto realizado en Mendoza. A mediados de año visitó Chile, comenzando una "tournée" que la llevaría a Costa Rica, El Salvador, Honduras, Panamá y Uruguay.
En agosto de ese año, cerca de dos mil personas respondieron a la convocatoria del ciclo Maestros del Alma para brindar un cálido homenaje a Mercedes Sosa, quien aquella noche recibió el testimonio del siempre creciente afecto del público y el canto de sus compañeros músicos como Julia Zenko, Peteco Carabajal y Víctor Heredia, entre varios otros. Más adelante, realizó una gira por varias ciudades del Brasil, entre ellas, San Pablo, Belo Horizonte, Florianópolis y Porto Alegre.
En diciembre de 1995 se editó Mercedes Sosa - Oro, una compilación de 17 temas grabados entre 1969 y 1994. El repertorio de este trabajo dibuja nítidamente el perfil de esta gran artista popular.
En un año de mucha actividad artística como 1995, no le faltó tiempo para estar cerca de sus compañeros los músicos. Solidaria, no sólo preconiza la necesidad de unión de los músicos argentinos, sino que pregona con el ejemplo. Intervino con su voz en las grabaciones de los discos de María Graña, Peteco Carabajal, Los Trovadores, Alejandro Dolina, Lito Vitale, Víctor Heredia y Eduardo Lagos.
A comienzos de abril volvió a los estudios para grabar Escondido en mi país, su nuevo disco, con un repertorio netamente folklórico, de gran repercusión en el público. Unos días después de finalizado su trabajo en Buenos Aires, realizó un exitoso concierto en las Islas Canarias. A mediados de año le siguieron conciertos en el Brasil y más adelante, actuaciones en Ecuador, Uruguay y en algunas ciudades de los Estados Unidos Canadá.
En el segundo semestre de 1996 hizo la presentación en el Teatro Ópera de Buenos Aires de los temas de su disco Escondido en mi país. Cinco conciertos a sala llena con un público entusiasmado por este "baño de folklore", como dijeron algunos críticos. Poco después concretó una serie de actuaciones por Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico, donde el 20 de octubre realizó un concierto memorable. Luego de ese fatigoso viaje se puso a trabajar de lleno en el disco que grabó con temas de Charly García.
Iniciado el año 1997 participó en el XXXVIIº Festival Nacional de Folklore de Cosquín, llevando como invitado a Charly García. Fue un verdadero acontecimiento musical que marcó un hito en la historia de este popular evento.
A fines de julio se conoció finalmente Alta Fidelidad. Mercedes Sosa canta Charly García. La expectativa del público, ansioso por conocer el resultado de este trabajo en común, aseguró el entusiasmo de los dos protagonistas de este trabajo que fue un hit en la discografía de ambos y en la música popular latinoamericana.
Tras muchos meses de labor el disco quedó terminado. Grabado en Madrid, Nueva York y Buenos Aires, Alta Fidelidad. Mercedes Sosa canta Charly García reúne una docena de canciones: Cuchillo, Promesas sobre el bidet, Rezo por vos, Como mata el viento norte, Cuando ya me empiece a quedar solo, Hablando a tu corazón, Los sobrevivientes, El tuerto y los ciegos,De mí, Cerca de la revolución, Siempre puedes olvidar y Plateado sobre plateado (huellas en el mar), creadas por el talentoso músico del bigote bicolor, salvo Rezo por vos, compuesta junto con Luis Alberto Spinetta y Siempre puedes olvidar, con Fabiana Cantilo.
En este trabajo de excepción han trabajado músicos notables como: Pedro Aznar, Bernardo Baraj, Juan Bellia, Andrés Calamaro, Alejandro De Raco, Erica Di Salvo, Ulises Di Salvo, Ciro Fogliatta, María Gabriela Epumer, Rubén Georgis, Pablo Guadalupe, Belén Guerra, Juanse, Rubén Lobo, Nito Mestre, Migue, Rinaldo Rafanelli, Rodolfo Ruiz, Gabriel Said, Mario Serra y el gran actor argentino Alfredo Alcón que puso su voz en Los sobrevivientes.
A lo largo de su brillante trayectoria artística, además de las distinciones mencionadas, Mercedes Sosa fue declarada Ciudadana ilustre de Tucumán, recibió la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania; la Medalla al Mérito Cultural del Ecuador; la Placa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú, en reconocimiento a sus 30 años de difusión del canto latinoamericano; el Premio ACE 1993, por su L.P. Sino y el Martín Fierro 1994 al mejor show musical en televisión.
Durante 1995 Mercedes Sosa recibió varios premios y distinciones. Entre ellos, el Gran Premio CAMU-UNESCO 1995, otorgado por el Consejo Argentino de la Música y por la Secretaría Regional para América Latina y el Caribe, del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO; el Premio de la UNIFEM, organismo de las Naciones Unidas que la distinguió, poco antes de su actuación en el Lincoln Center de New York, por su labor en defensa de los derechos de la mujer; Konex de Platino 1995 a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década.
También ese año recibió el halago de ser incluida por la Secretary-General United Nations Politic World Conference on Women, en la colección discográfica denominada Global Divas.
Este trabajo, que incluye Gracias a la vida cantado por Mercedes Sosa, de distribución internacional, reunió a algunas de las voces más importantes del mundo de todos los tiempos, entre las que están Edith Piaff, Marlene Dietrich, Amalia Rodrigues, Lucha Reyes, Miriam Makeba, Celina González, Marian Anderson, Aretha Franklin, Elis Regina, Maria Bethânia y Gal Costa.
En julio de 1996 en Porto Alegre, Brasil, el Gobierno del Estado de Río Grande do Sul le otorgó la Medalla Simöes Lopes Neto en honor a sus méritos artísticos y personales puestos al servicio de la unidad de los pueblos.
El 4 de octubre de 1996, en la ciudad alemana de Aix-la-Chapelle, recibió el Premio CIM-UNESCO 1996 del Conseil International de la Musique - UNESCO, con sede en la ciudad de París, Francia, destinado a músicos de todo el mundo, que se han destacado personal y profesionalmente.
Unos días antes, en la Sede del Consulado General de la República Argentina en Nueva York, Mercedes Sosa recibió otra distinción, esta vez del Consejo Interamericano de Música de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Ante representantes de todos los países latinoamericanos, recibió un Diploma de Honor en reconocimiento a su trayectoria.
El 9 de diciembre de 1996 en el Congreso Nacional, el pueblo de todo el país, a través de sus legisladores, le rindió un homenaje, en su calidad de "personalidad de la cultura nacional, por su valiosa trayectoria artística en defensa de la música popular".
Aquella tarde un grupo de músicos populares argentinos se sumó con el aporte de su arte al gesto de los diputados.
Actuaron y ofrecieron lo mejor de cada uno de ellos: Peteco Carabajal, Verónica Condomí, Coqui, Claudio y Pocho Sosa, Liliana Vitale, Rodolfo Mederos, Federico de la Vega, Chango Farías Gómez, Víctor Heredia, León Gieco y Charly García que interpretó su creativa versión del Himno Nacional Argentino con lo que hizo vivir un momento de profunda emoción, no sólo a Mercedes y a los presentes, sino también a quienes siguieron el acto a través de la radio y la televisión.
A principios del mes de marzo de 1997, recibió por su disco Escondido en mi país, el Premio ACE (Asociación de Cronistas del Espectáculo) al Mejor Disco de Folklore.
A poco de fin de milenio, totalmente recuperada su enfermedad, sigue en actividad. Durante 1998 presentó su nuevo disco Al despertar, con gran repercusión. Este disco marca un punto de reencuentro a pleno de Mercedes con canciones y sonidos pertenecientes a su propia raíz folklórica. Con gran repercusión recorrió el país, obteniendo una gran repercusión y adhesión en el público y las críticas especializadas.
En 1999 retoma las intensas giras internacionales de otros años. Alternando con multitudinarias actuaciones en la Argentina, cantó en México, Guatemala, El Salvador y otros países centroamericanos. En julio acompañó a Charly García en un concierto ante público de rock en la Ciudad de México, y entre setiembre y octubre realizó una importante gira por Inglaterra, Israel, Alemania, Suiza Austria y Holanda. Poco después, en México, las máximas autoridades de UNICEF le entregaron las credenciales que la acreditaban como Embajadora de Buena Voluntad de la organización para América Latina y el Caribe.
En el año 2000 Mercedes finaliza un proyecto largamente anhelado: la interpretación y grabación de la Misa Criolla, la obra cumbre del folklore argentino. Mercedes logra una versión de una profundidad, exquisitez y belleza sin igual. El mundo musical recibe esta creación con excelentes críticas y comentarios.
En el año 2001 Mercedes ofrece una serie de recitales en vivo en el teatro Gran Rex, en Bs As. denominada Acústico", con obteniendo una vez más enorme repercusión en el medio artístico. Estos emotivos recitales quedaron plasmados en la edición de un disco doble que lleva el mismo nombre del espectaculo Acústico. En el se pueden apreciar versiones remozadas de canciones inolvidables y clásicas del repertorio de Mercedes, con un sonido acústico, interpretados excepcionalmente por su banda de músicos.
Con Acústico emprende una vez mas, giras por el interior del país y por el exterior: Europa, Latinoamerica, Centroamerica y Norteamérica.
A fines del 2002 se produce uno de los encuentros quizás más esperados por los seguidores y amantes de la música popular de nuestra tierra: Mercedes Sosa - Víctor Heredia y León Gieco. Juntos inician un proyecto artístico musical denominado Argentina quiere cantar. El éxito enorme de estos shows se ve momentaneamente interrumpido por problemas de salud de Mercedes, pero en el mes de abril de 2003 reinician los mismos con grandes espectativas.
Septiembre del 2005 nos encuentra nuevamente con una Mercedes recuperada y con un disco nuevo, notable Corazón libre.
El 18 de septiembre de 2009 ingresó al Sanatorio de la Trinidad, ubicado en el barrio de Palermo en Buenos Aires, debido a una disfunción renal, la cual había evolucionado negativamente hacia una falla cardiorrespiratoria. Padecía desde hace más de treinta años del mal de Chagas-Mazza, una enfermedad ligada a la pobreza rural, que es endémica en el norte de la Argentina y en gran parte de Sudamérica.
Su estado de salud se volvió crítico el 2 de octubre de 2009; a partir de entonces, el cuadro de salud de la artista de 74 años se había deteriorado, habiendo sido inducida a un coma farmacológico. Su organismo se deterioró con el correr de las horas, hasta desencadenar su fallecimiento a las 5:15 de la mañana (hora argentina) del 4 de octubre de 2009.
Sus restos fueron velados en el Congreso Nacional de la Argentina, personalidades políticas encabezadas por la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, ministros, religiosos, artistas que tuvieron que ver con ella a lo largo de su vida y una multitud de personas se hicieron presentes ante su féretro ubicado en el Salón de los pasos perdidos.
El lunes siguiente se decretó duelo nacional por tres días, y una multitud acompañó o saludó con flores a su paso al cortejo fúnebre hacia el cementerio de la Chacarita, donde su cuerpo fue cremado según su deseo para repartir sus cenizas en tres lugares amados por ella: Tucumán, Mendoza, y la ciudad de Buenos Aires.
Perú dispuso colocar la bandera a media asta en señal de duelo, comunicando oficialmente que de ese modo buscaba expresar "el dolor del pueblo peruano por la muerte de quien fuera considerada voz del continente y sentimiento de los humanos



Reseña biográfica
Poeta, narrador y dramaturgo español en lengua catalana nacido en
Santa Coloma de Farners en 1913.
Licenciado en Derecho en 1935 y en Historia en 1936 por la Universidad Autónoma de Barcelona, fue un polifacético escritor destacado por el manejo lingüístico tanto en la prosa como en la poesía. Los analistas de su trabajo literario lo clasifican en las formas lírica, elegíaca, satírica y didáctica.
Su primera obra en prosa,
"Israel", única publicación en lengua castellana, data de 1929. En 1946 publicó su primer libro de poemas, "Cementiri de Sinera", al que seguirían, entre 1946 y 1960, "Les hores", "Les cançons d'Ariadna", "Mrs. Death", "El caminant i el mur", "Final del laberint" y
"La pell de brau"
1960. En los años setenta y ochenta el poeta se caracterizó por la mezcla de un intelectualismo extremo y de un descriptivismo a menudo cáustico, que lo convirtieron en una de las más importantes figuras de la literatura catalana del siglo XX.
Falleció en 1985. ©


Poemas de Salvador Espriu:
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Georgia

A la manera de Salvador Espriu

Mi viejo precio he de pagar, la muerte,
y hoy se me cansan los ojos de la luz.
Bajados con esfuerzo todos los escalones,
me adentran en dominios de la muerte.

En silencio me elevo rey de la noche
sabiéndome al servicio de doloridos hombres.
¡Ay! y ¿cómo guiar este dolor inmenso
hasta el cercado de las palabras de la noche?

Pasan el viento, el triunfo, el reposo,
entre hileras de llamas y de arqueros.
Cautivo de mis muertos y mi nombre,
en muro me convierto, camino de mí mismo.
Versión de José Corredor-Matheos


A la orilla del mar
A la orilla del mar. Tenía
una casa, mi sueño,
a la orilla del mar

Altas proa. Por libres
caminos de agua, la esbelta
barca que yo guiaba.

Conocían los ojos
el reposo y el orden
de una pequeña patria.

Necesito contarte
qué miedo da la lluvia
en los cristales.
Hoy cae sobre mi casa
la noche oscura.

Las rocas negras
me atraen al naufragio.
Prisionero del cántico,
mi esfuerzo inútil,
¿quién me guía hacia el alba?

Junto a la mar tenía
una casa, mi sueño.

Versión de José Corredor Matheos



Al alba
Yo no sé qué
fría noche me alejaba
de tu silencio.
Al alba te miré
por última vez.
por las olas amargas.
¡Que caigan en los abismos
de una muerte sin gracia!
Desde la noche defiendo
la soledad ganada
con la victoria inútil
del oro y de la estatua.

Árbol

Yo te soñé, invisible majestad
que planea por la faz de todas las cosas.
Arraigado en el dolor de la ceniza,
un hombre tan sólo, te llevaba, sepulcro,
padre muerto, dentro de mí, en silencio,
y te llamaba con palabras de viento
de antiguos milenarios, que la ira encienden.
Nunca respondiste al clamor y me dejabas
en el miedo a la noche, fuego secreto, alta llama,
árbol Dios en la noche.

Versión de José Batlló


Cementerio de Sinera

Digo adiós a los que quieran
mentirse perdurables
en el torrente. Cosechadas
son ya las flores, y se encalman
recuerdos, miradas, alas,
todo mi mar. Benigno
aire nocturno acerca
claridad de fuente, ocultas
voces del fuego. Por el fiel silencio
de nobles árboles
por mí amados, camino
al olvido, dejando atrás
amores, veleros, sufrimientos,
últimas señales de pasos.
Versión de José Batlló




Danza de la muerte

Por el diverso azar
de nuestro tiempo, la lluvia
sutil ha de juntarnos.
En la noche que escucha
arderán lentos cirios,
cera rebelde, ejército
desazonado por el lejano
orden de las serenas
patrias de luz, de los nobles
portadores del silencio.
Versión de José Batlló

Despedida
¿Quién conoce la grave partida
de hoy o de mañana,
o quién diría todavía
una palabra?
Sólo sonrío y pienso
en destruir el nombre
con el silencio.

B., 1934 - 1951
Versión de José Batlló


El jardín de los cinco árboles

Luego, cuando ya me había
causado mucho daño y casi
tan sólo podía sonreír,
escogí las palabras
más sencillas, para decirme
cómo pasó un momentáneo
oro de sol sobre la hiedra
del jardín de los cinco árboles.
Brevísimo amarillo, de puesta,
en invierno, en tanto caían
los últimos dedos del agua
serpentina, de altas nubes,
y el extraño tiempo me entraba
en prisiones de silencio.
Versión de José Batlló


Ensayo de cántico en el templo

¡Oh, qué cansado estoy
de mi cobarde, vieja, tan salvaje tierra,
y cómo me gustaría alejarme,
hacia el norte,
en donde dicen que la gente es limpia
y noble, culta, rica, libre,
despierta y feliz!
Entonces, en la congregación, los hermanos dirían,
desaprobando: «Como el pájaro que deja el nido,
así el hombre que abandona su lugar»,
mientras yo, bien lejos, me reiría
de la ley y de la antigua sabiduría
de mi árido pueblo.
Pero no he de realizar nunca mi sueño
y aquí me quedaré hasta la muerte.
Pues soy también muy cobarde y salvaje
y amo, además,
con desesperado dolor,
a esta mi pobre,
sucia, triste, desdichada patria.

Versión de José Corredor-Matheos

Es propia de mi mundo una reservada felicidad
Detrás de esta puerta vivo,
pero no sé
si puedo llamarla vida.

Cuando vuelvo, al atardecer,
de mi diario odio contra el pan
(¿no sabías que tengo
la inmensa suerte de venderme
a trozos por una moneda
que llega ya a valer
mucho menos que nada?),
me quito un viejo abrigo, la esperanza,
y me adentro por los caminos de mis ojos,
por el vacío espanto donde siento,
más allá, a mi Dios,
más allá siempre, más allá de los falsos
profetas y de extrañas culpas
y de este viejo necio enfermo de los versos
disciplinados, como éstos, con pintas
de oscuras marcas que el afán de los críticos
un día aclarará para vergüenza mía.

Sí, puedes encontrarme, si te atreves,
detrás de la glacial nada de esta
puerta, aquí, en donde vivo y siento
esta añoranza y el grito de Dios y soy,
con los nocturnos pájaros de mi soledad,
un hombre ya sin sueños en mi soledad.



Espera

Entonces diré: «Cimas y nubes
y tierras a lo lejos y la lenta
herida del río y el incendio
del cielo, muchos crepúsculos
sobre el desierto y los viejos árboles
amados cual dioses, aún vuelven
para los hombres.
Mas yo, que este día aguardaba,
he aquí que estoy muerto.»

Versión de José Batlló



Final del laberinto

Cuando aquellos dedos sensibles
toquen frágiles músicas
y lentamente vacilen
cambiantes luces de cirios,
sal de la fiesta. Mira
cuánta noche, qué extrema
soledad se te lleva,
por la risa, al hombre
justificado y libre
que nace de tu silencio.
B., 1945-1951

Vidi aquam egredientem de templo
a latere dextro, alleluia. Et omnes
ad quos pervenit aqua ista s6alvi
facti sunt et dicent: alleluia, alleluia.


Versión de José Batlló



Frágil espejo

Non so chi sia, ma so ch'ei non è solo.
Purg., 14, 4.

Recordando a B. Rosselló-Pòrcel (5-1-1938)


Alejado en abismos,
donde el rostro me aguarda,
me acerco a verme.
Cuando la sombra penetra
el cristal puro, en silencio
me siento sonreír.
Versión de José Batlló


Galope

En tanto cabalgas temor, caminos,
potradas de noche y de voces, solitario
jinete ciego y ventoso, caído de golpe
en la paz, no pensado para siempre jamás.
Versión de José Batlló


I beg your pardon
Meditación, con ciertos ripios, en
torno a la teoría atómica, tal como
se la alude en los periódicos.


Cuando el centro del rnundo
no eres exactamente tú
(por más ilusiones que te hagas),
si te despertasen en mitad de la noche,
no quieras preguntarte por qué vives:
distráete royéndote la uña de un dedo.
Cuando el centro del mundo
queda tan lejos
de ti
que honestamente
empiezas a comprender que eres nadie,
detente un momento
y arréales, a las primeras narices, un puñetazo.

Problemas cada vez más esquivos
vienen a turbarte el dulce sueño.
Ya sólo te faltaba, por lo que dices,
descubrir que no eres exactamente el centro del mundo.

Vecino de Badalona o de Estambul,
tanto si eres activo como si eres gandul,
en este nuestro mundo sin mañana
es muy difícil que ganes tu pan.
No te daré el más mínimo consuelo:
un día cualquiera te volarán.
Mas entretanto evita algunos trastornos
abrochándote muy bien los pantalones.

Versión de José Batlló


Llama

En círculo, noche, observan
reciente silencio, mármol
en triunfo, apagada
boca rebelde. ¿Qué ritmo
extraño de metales, por árido
reino, te conduce
a un desnudo combate? Presiento
cómo se convierte en difícil,
perverso, príncipe de muertas
flores cenicientas, palabras.

Versión de José Batlló

Lluvia

De ninguna parte llega. ¿Partir?
No existe la mágica palabra que rompa
esta costumbre del ojo, este silencio
sonoro de dardos. La primavera, el lujo
de los años y de la luz, se perdía ahora
en el camino vencido. Las esperanzas
han muerto a tiempo. De nuevo, todo es perfecto
a lo largo del vacío: la lenta lluvia
no va a parte alguna.

Versión de José Batlló


Los jacintos

Sentir tan sólo, conocer de cada cosa
el nombre sencillo, el simple nombre, caricia
cual la de abril sobre las nuevas hojas,
mientras la luz de lluvia de la tarde
se aleja poco a poco con los jacintos.
Claro momento de la flor, reflejada,
muy escondida, última
belleza de unas flores en mis ojos.
Después, por el aire, apenas
frágil recuerdo, más allá del intenso verde
de la hierba que moja esta lluvia lenta.

Versión de José Batlló


Naufragio

¿Adónde huir? Sólo sombra, recuerdo,
oscuro dominio. Ciega y lenta, en triunfo
por calles de agua negra, la noche
ha besado este mármol.

Versión de José Batlló


No conviene que digamos el nombre...
No conviene que digamos el nombre
de aquel que nos piensa más allá de nuestro miedo,
Si tropezamos a tientas
con este extraño ciego
y nos sentimos observados siempre
por la blanca mirada del ciego,
¿dónde, sino en el vacío y en la nada,
fundamentaremos nuestra vida?
Intentaremos levantar sobre la arena
el peligroso palacio de nuestros sueños
y aprenderemos esta humilde lección
a lo largo del cansancio,
pues sólo así seremos libres para combatir
por la victoria última sobre el espanto.
Escucha, Sepharad: los hombres no pueden existir
si no son libres.
Que Sepharad sepa que nunca podremos existir
si no somos libres.
y clame la voz de todo el pueblo: «Amén».

Versión de José Corredor-Matheos

Noche

Palidez. Súplicas,
hundido, con ávidos labios
de nieve, más cántico
instantes de abril. Todavía,
en cerco de noche, se debatían
los guerreros, música, púrpura,
frágiles recuerdos de sedas,
en tanto quedas inmóvil,
sin regreso del aire,
recia blancura que velo
Versión de José Batlló


Otoño

El viento, los bosques
mueren besando la lenta
luz de la tarde.
Ejércitos de noche llegan
por los caminos solitarios.

Versión de José Batlló


Poco mas o menos, amor

Estalla tu risa, y miro
cómo crece en la garganta
un vulgar disfraz
de deseos metafísicos.

Ante mí, creerías
que pienso en ti, cuando siento
tan sólo pesadumbre de árboles,
salvajes clamores de sueños.

Te he visto llena de tristes
pecados y faringitis.
Mas, detenido para siempre
por fríos obstáculos de horas,
tanto da que te ame,
a ti o a cualquier otra.
Versión de José Batlló

Pontos

En el fondo de los ojos tranquilos del mar
he visto el sueño
caído, roto, del templo
de un dios antiguo.
¡Ay, frío- mármol del tiempo, mi vida
que pierdo contra el hielo de las palabras!
Sobre la roca desnuda de la muerte,
sólo puedo ya lamentar la alta columna
de este dolor, un áspero, solitario
grito sin canto,
sin recuerdo del canto, mientras a la luz del día
se llevan las negras alas del ventisquero
por las cárceles del cielo, y me reflejan,
invitándome a partir, por un serenísimo
y profundo camino, los tranquilos ojos del mar.

Versión de José Batlló


Presa segura

Paso de cazador .
Siento cómo se acerca
por soles de otoño.

Lentamente, de esta
fuente de agua helada
ha bebido. Después
he mirado a lo alto.

Volaban halcones
sobre la certeza
de mi muerte.

Versión de José Batlló


Psyche
Desnuda, vencida,
por el esplandor del alba,
la viajera
llena de crímenes, inútil
y vacilante vuelo, falena.

Versión de José Batlló


Rostro

Dolor del sueño, me alzo
cual fuente nocturna, por recibir
tu sed. Medusa,
ojos maternales. Te aniñas
para siempre, paz, al verme
desde recuerdos, nublados
veranos, espejos, navío
serenado por el mármol.
Versión de José Batlló


Sus pies

Cada mañana contemplo
dos pies de vencido dentro
de zapatos que ríen.

Si lo tengo cerca, la ropa
sobre los débiles hombros
refleja mi rostro.

¡Qué dolor de heridas
de piel y de carne viva,
tanto tiempo! Sin venganza
ni sentido ya, escucho
el paso y la fatiga
de un plebeyo en derrota.

El año entero utilizamos plumas
de velocísimos escribientes.
Cuando llega el verano, penetran,
por el balcón, moscardones.
En invierno, más tristeza
y cielos de frío. Y siempre
gime, escupe, tose.

Rehuso amarlo,
pese a los vuelos de ángel.
Pero le dejo dinero,
a un interés muy módico,
para el calzado preciso
al poco camino que queda.

Versión de José Batlló


Mercedes Sosa y Traigo un pueblo en mi voz, aparecieron en 1973, año del convulsionado regreso a la democracia y prólogo de una época difícil y violenta. Mercedes continuó en la misma línea que su trabajo anterior y grabó algunos temas con los que encaró la realidad americana. En 1975 se edita A que florezca mi pueblo.

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